Valorar
Estaba esperando a la tristeza en mi puerta, concentrado en no perder las ganas de vivir, solo perdido en el llanto de saber que nada volverá, de saber que mis promesas contigo no se harán realidad, tu presencia que jamás podré sentir al costado de mi cuerpo, en la cama o sentados en la vereda preguntándonos porque vivimos si moriremos al final. Vivimos para crear recuerdos y decir que al final valió toda la pena del mundo.
Tus palabras me persiguen, tu llanto me da un dolor incalculable, un dolor que lo llevaré siempre, mis miedos estarán a la par de eso, al igual que mi miedo a aceptar que todo realmente se ha ido, a aceptar que solo podré verte a través de una pantalla. Tengo que pagar todo el sufrimiento que he hecho, el dolor que causé.
Mis mañanas siempre han empezado con tu nombre, ya no recuerdo mi vida pasado sin ti, ya no sé que es vivir realmente sin tenerte en mi mente, no recuerdo como fue mis mañanas sin pronunciar tu nombre e imaginar tu rostro todas las mañanas.
Deseo que tus metas y objetivos sean todo lo que esperas, quisiera que tu vida sea brillante como siempre has estado destinada a ser. No existe perdón que cubra todo el dolor que te he causado, ojalá algún día todo mejore el tiempo y ambos hayamos aprendido de todo, especialmente yo.
No he querido admitir que no te he valorado, siempre se dice que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero tuve que aprender de la peor manera.
Solamente me encuentro llorando pensando cosas malas solamente pienso en las cosas malas que he evitado en todos estos años.
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