Hombre Misterioso

Se levantaba con un peso en la espalda, tenía mucho miedo del exterior, sentía que lo dañarían y tal vez algo peor, no confiaba en nadie, solo quería sentir la alegría que creía que existía en otro lugar, pero el miedo le cegaba de lo que quería conocer, solo el querer le mantenía vivo, pero aun así era cobarde para admitirlo, no quería sentirse así, solo lo deseaba, pero no hacía nada por ello.
Se sentía relajado en su mundo sin salida a ningún lugar, solo se sentaba y juzgaba todos, y eso era su estar en la vida, se sentía superior al mundo que lo rodea, sin embargo no era nada en lo profundo de sí mismo, no creía en nada, solo se sentía alrededor de sí mismo, su egoísmo lo llevo donde está ahora, el querer ya no era nada, nada en realidad.
Hablaba dela paz y amor, pero no lo sentía, no lo deseaba en su corazón, se sentía como un genio que quería divulgar lo que en realidad no sabía, quería amar, pero sin amarse a sí mismo, no sabía que era el amor, tampoco buscaba la paz, solo andaba por la vida con su egoísmo y solo pensaba en la muerte a diario, pero era  muy cobarde para intentar quitarse la vida, aun lo pensaba. Y lo  seguía, de cerca, lo quise evitar, pero todo fue en vano.
Las historias que decía eran falsas, solo hablaba de las cosas que no conocía, no tenía amigos y siempre se sentía deprimido, solo quería que la noche llegara para poder acostarse y volver a soñar con la vida que quisiera tener, solo pensaba en lo que no podía tener, y por eso odiaba su vida, solo deseaba huir hacia donde no podía ni siquiera caminar.
Era todo tan simple, todo tan sencillo que es inexplicable como alguien puede seguir vivo en esas condiciones no sabe cómo hacerlo posible, no sabe cómo entender lo que le rodeaba, y por qué se sentía que todos le odiaban, solo quería ser un ser que podía ser como los demás, pero por más que lo intentaba, se sentía aún más peor de lo que ya se sentía, solo quería saber por las personas lo rechazaban en todo, deseaba amor, sin darlo, deseaba paz haciendo guerra consigo mismo… era todo un psicópata que no nació para ser amado.
Fue a vivir lejos del mundo, donde los vientos soplan lentamente y el sol siempre esta radiante, donde no existía dolor, donde las personas no odian, donde salía a caminar con una sonrisa en la cara, sabiendo que nadie lo juzgaría, y tampoco él lo haría, solo apreciaría lo que le rodeaba, solo intentaría convivir con la naturaleza que estaba debajo de sus pies hasta la punta de sus largos y tristes cabellos, que solo él comprendía porque.
Amaba a su perro, pero no sabía que era amor lo que sentía, solo convivía con lo que ya sentía, y veía las sombras de ese peludo y bello animal que lo seguía por donde él iba, él siempre miedoso y con cobardía, intentaba no querer serlo, corría por los pastizales que brotaban del suelo seco que a los alrededores nadie le importaba y para ser sincero ni a é tampoco, se sentía cómodo con lo que ya podía ver… ‘’solo con eso basta’’ – decía.
Llegaba la noche y la cabaña donde estaba era oscura y sin compañía, era solo un pozo más en este mundo y su pequeño, negro y peludo amigo era solo lo que él podía sentir ahí, no quería pensar en nada alrededor de él, pero aun así si tenían miedo, aun así se escondía debajo de las sabanas como un niño que no le pasaría nada al hacerlo. La noche era solitaria, se sentía con instinto sexual, y quería aparearse, a veces ni fuerzas tenia para masturbarse, solo deseaba un arma para suicidarse, solo desaparecer es lo quería… pero pensaba en su familia que no lo extrañaría ni un poco, a los amigos que no tenía también en su peludo y triste amigo que de su lado siempre estaba, quería ser feliz, pero conocer esa palabra era muy complicada…
De nuevo sentía hambre y fue  buscar plátanos a los alrededores con su amigo canino y trepaba por esos árboles muy viejos que eran escalofriantes y daban miedo, ya no se sentía cobarde y miedoso, el hambre le daba valentía, aun así no quería morir a pesar de la vida que tenía, solo lo hacía, y cuando el destino le hizo una jugada inesperada, de la nada surgía un rostro con ternura y sonrojar cálido que a él le sorprendía y su corazón ya se estremecía, se sentía con calor de todas formas, aun no comprendía que es lo que sucedía, solo quería entenderlo
Las palabras de la hermosa y adorable mujer que le miraba eran como un saludo de los cielos es lo que él decía, solo quería entender porque le hablaba y de pronto que le contestaba sin querer hacerlo en realidad, se sentía con fuerzas en ese instante.
Mujer que daba un paso hacia su presencia y el calor que ya aumentaba, amar es lo que quería, pero el sin comprender, perdido y confuso estaba, y su canino amigo ladrando con todo volumen, aun así no le importaba. Caminaron hacia su cabaña en lo alto de ese monte y conversaron de todo, y la mujer se sentía curiosa de lo que escondía, curiosa del alma que podría tener dentro de ese hombre triste y sin rumbo en el mundo, solo deseaba saberlo.
Días pasaban y él el dolor ya casi no lo sentía, ya casi tampoco le importaba. La mujer se sentía atraída por el triste y misterioso hombre que a su vez era lo mismo que él sentía por la mujer, con su perfección lo cual él decía, sus virtudes y sus defectos la hacen perfecta y eso es lo que veo en ella, es lo que él decía…
No sabía que es el amor, no entendía aun, pero la mujer conocía el juego que estaban jugando y el hombre era como un  niño al cual maltratar, decía la mujer, pero a la vez, no lo quería lastimar, se sentía mal…
Esa mujer ocultaba una verdad horrible, la verdad que ya pasaba meses sin contar a su hombre triste y misterioso. El hombre ya concia el juego al que jugaban, ya entendía todo lo que ocurría, ya no se sentía solo por las noches, ya no abrazaba las almohadas para dormir, solo descansaba del día, y ya no intentaba dormir solo para soñar lo que no podía tener, solo descansaba, es lo que hacía…
El tiempo se convirtió en años y el pequeño negro y peludo amigo fallecía  en ese día en el que el sol decidía ocultarse, es ese día donde las rosas lloraban y él con mucho dolor sufría en su agonía, perdía una amigo al cual amaba y la paz que creyó viva, también se iba, también lo apuñalaba por la espalda, sin decir adiós, aun se sentía una mala persona…
La imagen de una persona llorando por su amigo me pone triste, solo quería parar de sentir dolor, la mujer la que le amaba, tenía un secreto oscuro, tenía algo por que no sonreír, y temía decir al hombre que amaba, tenía pánico con lo que sucedería, solo imaginaba lo peor…
Ese día la mujer despertaba con dolores en las manos y cabeza, él preocupado estaba, quería su recuperación quería sanarla, y ella triste, levantaba la mirada hacia su cara de curiosidad… queriéndole decir algo, decir lo que ella temía decirle a su hombre, y el pánico aun no surgía, el dolor ya se había ido… pero luego surgiría, solo después de lo que diría la mujer…
La muerte acecharía a su amada y la llevaría lejos del hombre triste y misterioso, apartaría la mujer que amaba de él… el dolor y agonía surgían con todo fervor y se sentía la pena del hombre por el cáncer que a su mujer estaba matando, quería entender por qué,  quería sanarla, pero ya era tarde, ella moriría…
No conocía el camino por dónde ir, quería huir hacia un lugar que ella adoraba para hacerla feliz, pero él el dolor sentía, quería dar su vida por su amada, quería sentir el amor desde adentro, no quería que ella falleciera… quería continuar amándola…
Ese desgraciado día viernes, el cual ella daba sus últimos latidos y sus últimas miradas hacia el cielo antes de dejar el mundo, debajo de un árbol enorme, con el sol radiante, con su vestido blanco lleno de rosas, y su amado hombre misterioso de su lado tomando sus manos débiles y frías, diciendo ‘’solo el amor te hizo persona, nunca lo olvides, y jamás intentes enterrare en tus memorias, ámame y yo te amaré hasta siempre’’…
El hombre triste y desconsolado busca otras formas de no querer morir de soledad, guardando el llanto dentro de sí mismo, sus penas estaban llenándose de nuevo y se sentía aun peor antes de conocer el amor, solo quería sanarse de lo que sentía, quería ser feliz de nuevo, quería saber que es de nuevo el amor, pero ya se había hundido en el pozo del suicidio…
Cuando el silencio era lo más fuerte que sonaba en la cabaña, el arma en la mesa que estaba descansando, él ahí sentado en la cama recostando su cabeza sobre la pared, preguntándose porque le había pasado eso, porque seguir viviendo, solo quería volver a ser lo que era antes que su amada apareciera en su vida, pero admitía que sin ella su vida ya hubiese terminado antes que empezara a construir lo que construyó con su amaba…

Cargada y fría estaba el arma y mirando hacia el espejo el hombre misterioso observaban su enorme tristeza, observaba que ya no podía vivir y solo quería ir con su amada, solo deseaba verla de nuevo…
La sangre que se extendía por el suelo de madera que escurría de la cabeza del hombre misterioso, la sangre del suicidio que había cometido, la sangre que estaba manchada de dolor y penas, la sangre que ya había sufrido lo suficiente, solo le quedaba seguir hasta que todo lo que pensaba ya había ido a la que él llamaba otra vida….

‘’Solo el amor me hizo persona, nunca lo olvidaré y jamás te enterrare dentro de mis memorias, te amaré y tú me amaras hasta siempre’’

Es el escrito que estaba en el papel cerca del cuerpo frio del hombre misterioso...






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